Si bien el orador de un teleseminario no estará físicamente presente ni compartirá el mismo ámbito local con su auditorio, lo que sí estará siempre presente es la necesidad de hacer un papel digno. Más aún, ante la falta de presencia física es necesario reforzar las estrategias de captación de la atención y el interés del tele auditorio. Este artículo muestra cómo la excelente preparación es un factor preponderante para asegurar el éxito de un teleseminario.
Primeramente, hay pasos previos que se deben cumplir cualquiera sea el tipo de exposición que se va a realizar, a saber:
Dominar perfectamente el tema a tratar.
Dominar perfectamente los medios técnicos que transmitirán el teleseminario; uso de PC, de software necesario, etc.
Elegir un tema que se adapte a los miembros de su auditorio.
Aunque estas premisas parezcan demasiado evidentes, muchos tele conferenciantes fallan en algunos de estos tres aspectos tan elementales. Y también fallan los organizadores del evento: no siempre se avisa al disertante con suficiente antelación ni se le permite familiarizarse con los medios y herramientas informáticas para dictar la tele conferencia, no siempre se escoge un tema de interés para los oyentes, y no siempre se escoge un conferenciante lo suficientemente actualizado en el tema a tratar. ¡Un verdadero fiasco que es MUCHO más común de lo que el lector podría imaginar!
Un tele conferenciante debe sopesar con responsabilidad y honestidad si está a la altura de las circunstancias académicas y tecnológicas para dictar el seminario al que lo invitan. Ser consciente de las propias falencias y rechazar el halago con honor es mejor que no poder hacer frente a la situación con la preparación debida.
Una tele conferencia podría consistir en unos 20 o 30 minutos de disertación COMO MÁXIMO, y luego un final motivador de la participación y las preguntas del auditorio. Siempre resulta más ameno y enriquecedor dejar un espacio abierto para el diálogo entre los tele participantes. Recuerde que, muchas veces, detrás de cada participante hay otras personas deseosas de aprender y preguntar.
La buena preparación permite que, siguiendo ciertas normas de participación, resulte provechoso, atrayente y hasta innovador que tomen parte.Estas normas deberían incluir hablar pausadamente y no interrumpir hasta que cada disertante haya terminado, pues las cuestiones técnicas podrían contribuir a que haya cierta confusión si no se respetan estas premisas, en especial si hay cierto retraso en la voz. Responder luego de uno o dos segundos de obtener la palabra hará que todos los participantes puedan oír y no se pierdan los primeros segundos de la respuesta. Para dominar este y otros aspectos, la preparación previa es esencial.
